Cuando su juego más esperado se retrasa, puede ser una píldora dolorosa de tragar. Reconozco que ya he tenido bastantes de estos casos en el pasado. Un ejemplo de esto llegó en 2013, cuando Sony tomó la audaz decisión de retrasar un juego que yo había estado esperando desde su anuncio en 2011: El horror de supervivencia de Naughty Dog, The Last of Us.
Es cierto que esta obra maestra superó diez veces mis expectativas, y no sólo se convirtió en mi juego favorito de ese año (y hasta la fecha), sino que despertó mi curiosidad sobre cómo habría sido el juego si ese retraso no hubiera ocurrido. Mirando hacia atrás, quizás este retraso tenía la intención de añadir un poco de brillo a una experiencia ya de por sí estelar, o quizás Naughty Dog necesitado para deconstruir completamente una escena en particular – no lo sabremos nunca con certeza. The Last of Us es sólo un ejemplo de esto, pero no es el primero y, desafortunadamente, tampoco será el último en seguir este rasgo.
Estos retrasos son molestos. Pueden ser vistos como innecesarios para algunos, resultando en insultos y calumnias a través de todos los alcances de los medios sociales directamente dirigidos a los desarrolladores. Aunque este tipo de enfoque nunca es el camino a seguir, la frustración puede ser comprensible. Pero, ¿es justificable que un producto apresurado nunca cumpla las expectativas en primer lugar?
No todos los juegos que se han retrasado terminan bien, por supuesto, pero al menos permite más tiempo. Tiempo para mejorar potencialmente, para añadir ese mapa extra que el desarrollador ha estado trazando durante meses, o para volver a trabajar esas molestas texturas que han estado molestando a un artista durante años pero que aún no han sido corregidas.
Pero lo más importante, ¿por qué son necesarios estos retrasos en los juegos? Porque, para mí, demuestran que los desarrolladores se preocupan por su arte. Por desgracia, el dinero estará siempre al frente de estas decisiones. Eso, y la presión de los niveles superiores, por supuesto. Pero sí me parece positivo que un desarrollador tome la arriesgada decisión de mantener su juego en el horno un poco más de tiempo, incluso si las noticias lo decepcionan.
Si los juegos se anuncian demasiado pronto… Ciertamente, esto juega un papel en los retrasos. Pero los juegos son cada vez más largos, más grandes y más complicados que nunca, siempre habrá problemas de última hora que superar. Al fin y al cabo, los retrasos, por muy decepcionantes que sean, son un mal necesario. La paciencia es la clave, y vale la pena tener en cuenta que la próxima vez que se retrase tu juego favorito, el tiempo de desarrollo adicional se utilizará teniendo en cuenta tus mejores intereses.
¿Está de acuerdo con Gabriella en que los retrasos son simplemente una consecuencia del complicado desarrollo de software, y deberían ser aceptados por los fans que exigen un producto de calidad? ¿Simplemente se anuncian los juegos demasiado pronto en estos días? Ten un poco de paciencia como Take That en la sección de comentarios a continuación.