
Los juegos exclusivos seguirán siendo un gran argumento de venta para Sony en la próxima generación de consolas. Si nos fijamos en la gran cantidad de revelaciones de la PS5, está claro que la empresa apuesta por títulos de primera mano como Horizon Forbidden West y Ratchet & Clank: Rift Apart para mostrar el poder del sistema… pero no se trata sólo de los gráficos.
Como dijo Jim Ryan durante la presentación mencionada, PlayStation quiere innovar con la PS5. Las principales características de la consola prometen un salto significativo en la inmersión, con cosas como el audio 3D y la retroalimentación háptica del controlador DualSense, que permite a los desarrolladores comprometerse con los jugadores de nuevas maneras. Será interesante ver hasta dónde llega todo esto.
Según Sony, son los juegos exclusivos los que impulsarán esta tecnología, haciéndolos más importantes que nunca. Hablando con The Guardian, el jefe de PlayStation Europe, Simon Rutter, dice: «[Los juegos exclusivos son] enormemente importantes. Más importantes, creo, de lo que nunca han sido».
Rutter lo explica: «Gracias a su proximidad a los diseñadores del sistema, los estudios de PlayStation son capaces de sacar el máximo provecho del rendimiento del sistema, y ese es un atributo muy valioso para el poseedor de una plataforma. [PlayStation] puede confiar en una red de estudios que realmente puede mostrar las innovaciones que intentamos transmitir… cuando las exclusivas son tan poderosas como Spiderman u Horizonte de Marvel, son juegos importantes a los que la gente quiere jugar».
Después de ver cómo ha jugado la actual generación de consolas, no es sorprendente que Sony mantenga su postura en los juegos exclusivos. Juegos como God of War, Uncharted 4: A Thief’s End, Marvel’s Spider-Man y Horizon Zero Dawn han sido un gran éxito para la empresa, tanto en el aspecto crítico como en el comercial.
¿Estás de acuerdo con Rutter? ¿Qué tan importantes son los juegos exclusivos para ti? Siente esa retroalimentación háptica en la sección de comentarios de abajo.
[source theguardian.com]









